martes, 24 de abril de 2012

El ecologista escéptico (fragmento)

Realidad: el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)

El WWF centró su interés a finales de 1997 en los incendios que arrasaban los bosques de Indonesia, causando espesas nubes de humo que cubrían gran parte del Sudeste Asiático. No hay duda de que este fenómeno resultó dañino para los habitantes de las ciudades, pero el WWF subrayó el hecho de que los incendios forestales no eran más que una señal de que los bosques del mundo estaban "en peligro", noticia que el Instituto Worldwatch ya había anunciado en 1997 como uno de los primeros signos de un desastre ecológico.
El WWF proclamó 1997 como "el año en que se incendió el mundo", porque "en 1997, el fuego arrasó más bosques que en cualquier otra época de la historia". Resumiendo, el presidente de WWF, Claude Martin, aseguró, sin lugar a dudas, que "no se trata únicamente de una emergencia; es un desastre planetario". Pero tras una inspección más detallada las cifras no apoyan esta denuncia: 1997 estuvo bastante por debajo del récord, y el único motivo por el que en ese año los incendios de bosques en Indonesia fueron noticia es el hecho de que por primera vez irritó tremendamente a los habitantes de las ciudades. En total, los incendios forestales en Indonesia afectaron aproximadamente al 1% de los bosques de ese país. 
De forma similar, WWF en 1997 aseguró en una nota de prensa: "Dos terceras partes de los bosques del mundo se han perdido para siempre". Tanto en esa nota como en su informe anual sobre bosques de 1997, explicaban cómo "las últimas investigaciones llevadas a cabo por WWF muestran que al menos dos terceras partes de la cubierta forestal original de la Tierra se habían perdido". Esta afirmación me resultó asombrosa, ya que la mayoría de las fuentes consultadas cifraban esas pérdidas en un 20%. Esta incongruencia me llevó a llamar a los responsables de WWF en Inglaterra y a hablar con Rachel Thackray y Alison Lucas, que habían sido las responsables de la nota de prensa, y pedí ver el informe de investigación de WWF. Todo lo que pudieron decirme fue que, en realidad, nunca había existido ese informe y que WWF obtuvo los datos de Mark Aldrich, del World Conservation Monitoring Centre. Aparentemente, sólo se habían fijado en los datos máximos, y debido a problemas de definición habían incluído los bosques del hemisferio Norte en la primera valoración de la cubierta forestal original, pero en la posterior los habían omitido. 
A partir de ese no informe, WWF nos decía: "Ahora que sabemos la extensión de bosque perdido... Lo realmente aterrador es que el ritmo de destrucción de bosques se ha acelerado tremendamente en los últimos cinco años y continúa aumentando". Sin embargo, la ONU nos dice que la tasa de deforestación fue de un 0,346% en los años ochenta y de sólo un 0,32% en el período de 1990-1995, lo que supone que no sólo no se ha incrementado tremendamente, sino que se ha reducido. 
El WWF nos cuenta que la deforestación es máxima en Brasil, donde "sigue produciéndose la mayor tasa anual de bosques perdidos de todo el planeta". Los datos reales nos demuestran que la tasa de deforestación de Brasil se encuentra entre las menores dentro de los bosques tropicales; de acuerdo con los datos proporcionados por la ONU, la tasa de deforestación anual en Brasil es del 0,5% frente al 0,7% anual de media.

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