domingo, 22 de abril de 2012

El ecologista escéptico (fragmento)

Las cosas van "mejor", pero no necesariamente "bien"

No es cierto que estemos acabando con la energía ni con los recursos naturales. Cada vez habrá más alimento per cápita para la población mundial. Cada vez hay menos gente que pasa hambre. En 1900, nuestra esperanza de vida estaba en 30 años, actualmente llega hasta los 67 (tened en cuenta que el libro tiene sus años). Según los datos proporcionados por Naciones Unidas, la pobreza se ha reducido más en los últimos cincuenta años que en los quinientos anteriores, prácticamente en todos los países del mundo. 
Aunque es cierto que se está produciendo un leve calentamiento global, su valor y proyección futura se juzgan irrealmente de forma pesimista, y el remedio de reducir de forma drástica e inmediata el consumo de carburantes fósiles resulta incluso peor que el problema original; es más, su impacto total no supone un problema devastador para nuestro futuro. Tampoco es cierto que vayamos a perder entre el 20-50% de las especies durante nuestra vida; de hecho, es probable que sólo desaparezcan el 0,7%. La lluvia ácida no está matando nuestros bosques, y el aire y el agua que nos rodean están cada vez menos contaminados. 
En realidad, el destino de la humanidad ha mejorado prácticamente en todos los  indicadores analizables. 
Pero piensen con detenimiento en lo que estoy diciendo: la mayoría de los indicadores muestran que el destino de la humanidad ha mejorado enormemente. Sin embargo, esto no significa que todo vaya razonablemente bien. Todo lo que he leído por ahí me ha hecho descubrir la importancia de esta distinción. Son muchos los que creen poder demostrar que estoy equivocado, por ejemplo constatando que hay mucha gente que aún pasa hambre. "¿Cómo puede decir que las cosas van mejor cuando el 18% de la población en países en desarrollo aún pasa hambre?"
El hecho es que cada vez hay menos gente en el mundo que pasa hambre. En 1970 el 35% de los habitantes en países en desarrollo pasaba hambre. En 1996 la cifra había bajado hasta el 18%, y la ONU prevé que descienda hasta el 12% en 2010. Esto se puede considerar un progreso importante. Hasta el día de hoy, las personas que cuentan con comida suficiente se han incrementado en dos mil millones. 
La situación alimentaria ha mejorado considerablemente, pero en 2010 aún habrá 680 millones de personas pasando hambre, lo que, como es obvio, no puede calificarse de suficientemente bueno
La diferencia resulta esencial; cuando las cosas no van suficientemente bien, la misión es sencilla: debemos reducir el hambre en el mundo. Este es nuestro objetivo político. 

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