viernes, 23 de enero de 2009

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero


Esta semana he leído "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero".
Su autor es Oliver Sacks, un importante neurólogo londinense. En este libro relata casos clínicos de algunos de sus pacientes afectados por enfermedades neurológicas, todo un apasionante mundo en el que queda mucho terreno por descubrir.
Los casos que más me impactaron y emocionaron fueron:
- El hombre que confundió a su mujer con un sombrero: relata la historia de un Profesor de música que padece una severa agnosia visual siendo incapaz de reconocer incluso a sus familiares y los objetos cotidianos si no ofrecen alguna pista, algún rasgo verdaderamente característico, pero con un impresionante talento musical, llegando a hacer de la música una de sus herramientas para reconocer la realidad y moverse en el mundo que le rodea.
- La dama desencarnada: que relata la historia de una joven que un día, de repente, perdió la sensación de cuerpo, se sentía como ella misma decía "desencarnada", como si su cuerpo fuera ciego y sordo a sí mismo, había perdido, a fin de cuentas la propiocepción. Tuvo que enfrentarse a esta nueva situación trágica con una valentía y una fuerza de voluntad abrumadoras, y aprender a controlar su cuerpo a través de la vista. No podía saber si estaba sentada o tumbada porque su cuerpo era incapaz de indicar la posición en la que se encontraba, pero si se miraba era capaz de corregir la postura, mantenerse erguida e incluso llevar una vida semi-normal.
- Los gemelos: nos explica la historia de dos gemelos autistas con un impresionante don para los números. Eran incapaces de realizar operaciones sencillas como una suma o una resta, pero se comunicaban entre sí empleando números primos de hasta 20 dígitos, y estos números no sólo suponían un medio de comunicación, sino que proporcionaban un sentido a sus vidas. Cuando alguien les preguntaba "cómo lo hacían" decían que ellos, simplemente, veían esos números, los veían en su cabeza como si de un paisaje se tratara.
- El artista autista: Es una historia ciertamente triste que da mucho que pensar pero a la vez fascinante. Trata de un niño que hasta los 8 años había sido normal, pero a esta edad comenzó a tener violentos ataques epilépticos y se volvió autista. No empleaba las palabras, ni siquiera podíamos saber si las comprendía, pero tenía un don espectacular: el dibujo, y se comunicaba a través de él.

La traducción me decepcionó un poco, aunque no puedo afirmar si la culpa es del traductor o del editor, lo cierto es que algunas partes se hacían incomprensibles porque los signos de puntuación se utilizaban incorrectamente y algunas partes estaban redactadas de un modo extraño, pero por lo demás es un libro que recomiendo a todo aquel interesado en la neurología, ya que enfoca todos estos casos desde un punto de vista personal y sentimental, dándole un nuevo sentido a esta ciencia.

1 comentario:

El Caminante dijo...

Mi hermano (que es psiquiatra) me lo dejó hace años y me resultó una lectura sorprendente.

Siempre es inquietante pensar que todo lo que uno es depende de algo más de un kilo de materia grisácea funcione bien.