Esta novela de Agatha Christie fue publicada por primera vez en 1939.
En ella la autora, fiel a su estilo, relata la historia de un policía jubilado que regresa a su tierra en tren. En el viaje conoce a una anciana que se dirige a la ciudad con el propósito de denunciar una serie de sorprendentes asesinatos ocurridos en los últimos meses en un pueblecito llamado Wychwood; además, la anciana afirma conocer la identidad de la próxima víctima. Nuestro protagonista, Luke Fitzwilliam, no le da demasiada importancia al relato de la mujer, probablemente serán fantasías de una persona mayor que sólo busca un poco de atención.
Al día siguiente, Luke lee en el periódico que el médico de Wychwood ha muerto (tal como había pronosticado su compañera de viaje, esa sería la próxima víctima) y que además se ha producido un atropello cerca de la comisaría en el que ha resultado muerta una mujer mayor (sí, es quienes todos estáis pensando).
Tras estos acontecimientos, Luke decice poner rumbo a Wychwood e investigar por su propia cuenta el misterio que rodea a todas esas muertes.
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