El tren de carbón cruza un paraíso perdido. Con el pañuelo flotando en una mano blanca de mujer, la descripción de la verdad alcanzó al rostro asomado en la ventanilla del vagón. En el andén de cada estación por las que vamos pasando, hay un mago que siempre nos conmueve con la misma pregunta.
- ¿Habéis sacado el billete de ida y vuelta?
(Jesús Díez Fernández)
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