Los Mueller
"Aquellos por cuyas venas corre pura la sangre de la familia Mueller, tenemos un gran don físico: nuestro organismo sana tan rápidamente que las cicatrices se forman antes de coagularse la sangre, y nos crece de nuevo cualquier parte perdida. Esto hace que sea muy difícil matarnos.
Nuestros enemigos dicen que no sentimos dolor, pero no es cierto. A ellos les parece eso porque en la batalla encajamos bien los golpes peligrosos que cualquier otro hombre tendría que esquivar para salvar la vida y podemos arrancar el alma a un enemigo que nos haya hundido la espada en el cuerpo y largarnos acto seguido a atacar a otro, con la herida curándosenos ya.
Pero sí que sentimos dolor, como cualquiera. Nuestras mujeres se desmayan en el parto, cuando la carne se les desgarra. Y si nos ponéis la mano en el fuego, sentimos mentalmente un tormento tan intenso como cualquier otro hombre. Sentimos dolor; lo que no sentimos es miedo. Mejor dicho, hemos aprendido a separar dolor y miedo. "
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